Sevilla
caminaba entre los pasillos de la biblioteca.
El libro que buscaba se encontraba ahí, ella lo sabía. Todas las pistas la habían conducido hasta
ese lugar.
Una
delicada lluvia tocaba su canción sobre los ventanales. Tengo que encontrar el libro, encontrarlo
significa mi independencia.
Algo
la jaló hacia la derecha. Había
vislumbrado un título en letras doradas.
Su corazón se le salía del pecho.
Sacó
el libro como si fuera el objeto más preciado del mundo. Leyó el título una, dos veces.
No
podía creerlo.
Lo
tenía.
Tenía
en sus manos el Evangelio de la Luz.
Cuento finalista en el concurso Voces sin Fronteras II, Canadá, 2012... y publicado en la antología del mismo nombre ;)
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