Miles away from light at noon
Total eclipse of the moon
Many reasons to believe in life
Just listen to what’s telling you.
Enigma
No hay momento
perfecto. No me malinterpretes, no soy
una fatalista o una pesimista; ni siquiera, para ser completamente sincera, soy
una realista.
Pero
no hay momento perfecto, y cuando miras el cuadro objetivamente y te das cuenta
de la veracidad de esta frase, créeme que puedes obtener muy buenas risas de
aquellos momentos que en su impertinente momento devinieron perfectamente
imperfectos.
Qué
risa de aquel primer beso, el primerito de todos, que te dieron bajo la luna
llena, caminando a un lado de un río italiano, y que con un lengüetazo que te
escamó hasta los huesos mandó luna, río y hasta Italia a la basura.
Qué risa de aquel
momento en que te sentiste liberada y te sentaste en una de las bellas y
tranquilas placitas del centro de Querétaro para empezar a escribir lo que tu
dulce alma inspirara y que llegan los jovenzuelos de un conocido partido político
con sus matracas, sus silbatos, y hasta sus mentadas al partido opuesto para
sacudirte la inspiración hasta el suelo.
Qué risa de aquel
momento en que tú, con tu licenciatura en Relaciones Internacionales y tu
extensivo conocimiento de Gran Bretaña, le dijiste al presidente de la
Asociación de Educación del Reino Unido en México que uno de tus autores
favoritos de Inglaterra es Oscar Wilde.
Qué risa de todos
aquellos besos que no te dieron, inspiraciones que no salieron y,
definitivamente, de todas aquellas metidas de pata –que no se pueden denominar
de otra manera más que así mismo-, que no te dejaron dormir por días seguidos.
Qué risa.
Espera… creo que quizá deba retractarme. Me vienen a la mente imágenes, imágenes
bellas y de todos tipos de momentos.
¿Qué hay de aquel momento en el rancho, mientras dormitas en una hamaca
al atardecer, cuando ya no hay luz suficiente para seguir leyendo, y escuchas
las voces de tu familia, las risotadas que provienen de la mesa al aire libre
en la que siempre hay comida, pregunta tu hermana por ti, va tu mamá a
buscarte, te acaricia el pelo y te habla suavecito?
¿Qué hay de todos
aquellos momentos de risas compartidas con amigos que siempre guardarás en tu
memoria, con los de la infancia, con los que conociste por un año de tu vida o
con los que todavía están?
¿Qué hay de aquel
momento en que tuviste la conciencia de que a través de la lente del telescopio
aquel objeto brillante que veías era Antares, y te sentiste diminuta,
insignificante en comparación, pero tan profundamente satisfecha?
Qué felicidad
aquella, qué perfección.
Pero, curiosamente,
en esos momentos no se está buscando la perfección. Quizá sea por eso que esos momentos sí son
perfectos… Sí hay momento perfecto.
Por supuesto que los hay! Estamos de acuerdo....
ResponderEliminarDefinitivamente! Además, creo que parte de lo que lo los hace perfectos es lo efímero de los momentos: son breves y luminosos, para que los podamos detectar y disfrutar con verdadera intensidad... :)
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