viernes, 2 de mayo de 2014

Hasta siempre, Mujercitas


            Nada, nada en este mundo se puede comparar con Mujercitas.  Meg, Jo, Beth, Amy y Laurie son personajes creados con tal amor y con tanta estética, tan fieles a la literatura y a l mundo real al mismo tiempo, que no se puede hacer ninguna comparación con ellos, así como tampoco se puede crear personajes basados en ellos que retraten la sublimidad que Louisa May Alcott le dio a sus queridos personajes.  Se sabe que esta famosa autora les dio vida a las cuatro hermanas basándose en sus propias hermanas, teniendo esto resultados exquisitos.
           

Marcela Serrano hace algo parecido al homenajear este su libro favorito (no por primera vez, ya antes había escrito Nosotras que nos queremos tanto), y el lector puede leer entre líneas el fantástico amor que le tiene a los personajes de Alcott, así como su querencia de haber tenido ella también tres hermanas que pudieran completar su circulo afectuoso.  En el primer libro, Nosotras, las cuatro mujeres son grandes amigas de toda la vida, casi hermanas, y el objeto amoroso de dos de ellas es el hermano de una tercera.  En Hasta siempre, Mujercitas las cuatro mujeres son cuatro primas que son casi hermanas, quienes van cada verano a quedarse en el aserradero de la familia.
 

            Nos encontramos frente a Nieves, Ada, Luz y Lola, cada una reflejada en los personajes que representaron una vez en uno de tantos veranos, personajes que cada una tomo feliz, sin pelearse por primera vez en sus vidas sobre un mismo personaje o sobre si sí le quedaba el personaje a una o no…  las cuatro supieron que estaban perfectamente reflejadas en los personajes, y desde entonces sus vidas se entremezclaron con las vidas de las jóvenes del libro.  Nieves completa su transición en Meg al casarse joven y tener cuatro hijos (un par de gemelos y unas lindas “niñitas”);  Ada tiene que huir a Europa a causa de la revolución chilena (de hecho a causa de cargos falsos contra ella), y su masculinidad se acentúa al tomar el estilo de vida libertino del Londres de los años 70, y se pierde en esencia de Jo, pero la recupera cuando ya bastante entradita en años decide escribir una novela acerca de la vida de las cuatro primas;  Luz era una niña hiper tímida y noble, muy noble, quien no busca otra cosa más que hacer bien a la humanidad, y decide irse a África con un grupo de humanitarios, e igual que Beth, se enferma de niña (por un acto humanitario) y queda débil, así que muere joven al contraer alguna enfermedad mortal en África;  y finalmente Amy despierta temprano en Lola  cuando ésta se percata de su belleza, feminidad y gracia y el efecto que tiene todo ello en los hombres.

 
            Y luego esta el hombre que les gira completamente la vida a las cuatro primas:  Oliverio, quien es, claro, el medio hermano de Luz, y que esta continuamente yendo al rescate de Ada, obsesionado con ella, mientras que Lola juega con su mente aprovechándose de su facilidad para el coqueteo.
 

            Una parte que disfrute particularmente fue cuando Lola quema el manuscrito de Ada para vengarse de algo superfluo, recordando precisamente el capitulo en que Amy le hace lo mismo a Jo.


            La mayor diferencia es más bien de época, estamos hablando de los setenta, y las sexualidades de Lola y Ada despiertan verdaderamente temprano...  y aquello que ningún lector podría soportar en Mujercitas, Ada y Oliverio teniendo relaciones sexuales en una cabaña abandonada...  claro que al final él se casa con Lola, como es debido, pero en fin...

 
            Estas cuatro mujeres nos narran cada una a su manera los acontecimientos de los hechos ocurridos durante su infancia y su adolescencia, enfocándose continuamente en lo que paso durante “el último verano” en su adorado Pueblo; el libro comienza y termina en el presente mas reciente, cuando Ada, Nieves y Lola se reunirán después de muchos años para ir al funeral  de su antigua niñera al Pueblo, y es en verdad un espectacular viaje de nostalgia y ternura, un buen homenaje a Mujercitas, aunque como dije, no tiene comparación con el clásico.


            Recomendaría leer Mujercitas antes de leer éste, aunque no seguidos porque son obras extremadamente diferentes en sí, pero ambas muy disfrutables.

 

                                                                                              Sandra Mayela Tena González
 
Reseña presentada para una calificación de Literatura en preparatoria...  yo le calculo que es de 1998...
y dado el nivel de ajetreo que traigo ahorita en mi vida, me estoy muy agradecida a mi misma por dejar estas joyitas en mis archivos para poder usarlas en semanas como estas, jajaja... y de cualquier manera, me gusta que se conozcan mis raíces de escritora ;)
Cheers a tut!!

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